jueves, 10 de mayo de 2012

Génesis de un Movimiento


Posición del Movimiento Evita Nacional sobre el proceso histórico del cual provienen
Desde el seno del Movimiento Evita se definen como una voluntad política que, a la vez, es una convocatoria a participar del “desafío de la reconstrucción del movimiento nacional.”
Esta organización es heredera de distintas agrupaciones piqueteras que comenzaron a funcionar en los años 90, en plena etapa del neoliberalismo, hasta que “el Pueblo en la calle dijo basta en aquel 20 de diciembre. Así empezó el principio del fin de esa larga y nefasta noche de la historia. Un nuevo sol empezó a asomar el 25 de mayo del 2003.”, según explica la página web de la organización.
El principal referente, y Secretario General, Emilio Pérsico cuenta que el Movimiento Evita se fundó en 2002, “un año antes de que estuviera Néstor (Kirchner)”, luego de otro proyectos que tilda de “frustración”, como la candidatura del Padre Farinello o el Polo Social.
Asimismo, menciona a Quebracho, que fue una organización cofundada por él, y a la que califica como una resistencia contra Menem, conformada por once grupos, la mayoría “no peronistas”, explica.
Pérsico recalca la importancia de los cortes realizados por esta agrupación, pues ayudó a la caída del Estado neoliberal, “porque se veía una masividad, se cortaba por cualquier cosa”, mientras que reconoce, hoy a la distancia, “una salida política”, que acepta no haber visto en su momento.
 “Los proyectos de cambio son viables en función de las fuerzas sociales y políticas que son capaces de convocar para la transformación. Se hace necesario entonces un movimiento que organice la esperanza, que rescate el valor de la unidad (superando la fragmentación del campo nacional y popular), que acompañe y amplifique las políticas del gobierno, que genere propuestas de cambio y se constituya como puente de ida y vuelta entre el Estado-Nacional y los más humildes.”, explican desde el sitio institucional.
Pérsico comenta que “Néstor (Kirchner) vio el fenómeno” de las agrupaciones piqueteras “y enseguida quiso conocerlo. Empezó a seguirlo desde el gobierno. Tenía una visión de que esos compañeros debían ser parte del proceso de cambio”, entonces en seguida “nos puso a dialogar y a discutir.”
Luego, detalla que lo primero que le planteó Kirchner fue que si no se organizaban, no llegaban a nada, y le recomendó que se junten todos, a la vez que le recalcó que debían hacer “un salto a lo político”, por lo que le acercó una lista de diputados para que los sumara a la construcción del movimiento.
“Hoy el Evita es una organización política mucho más compleja, donde hay diputados, ministros, intendentes”, con el deber de “hacer lo mismo que hizo el peronismo, que fue la gran maquinaria del poder de los trabajadores y los humildes en el Estado”, aunque acepta que “todavía” no lo ha logrado.
 La presentación del sitio web remarca que el Movimiento “es acción. La forma histórica de organización que adoptó nuestro pueblo en sus luchas emancipatorias”, y explica que pretende contener a “las diversas expresiones sociales y políticas”, a la vez que articular “una política única, estratégica”.
Concluyen que “no es un partido que digita desde afuera la política de las masas sino el fruto de la organización de éstas. El movimiento es una expresión de la fuerza nacional, popular y federal.”
Al ser consultado en una entrevista de un medio partidario, Pérsico afirma que el Estado tiene la responsabilidad de organizar la demanda, y enfatiza que “Perón hizo una revolución porque le dio poder a los trabajadores humildes”, al tiempo que sostiene que si  se quiere “hacer un cambio de fondo en la Argentina”, no se logra sin darle “poder y organización a los humildes y a los trabajadores.”
El dirigente kirchnerista reconoce que, a comparación con el principio del movimiento, la organización dejó de ser, meramente, social; pues “muchos compañeros vienen de la política, como la compañera de Catamarca, que se lanzó a la militancia tratando de resolver los problemas de su barrio, después de su ciudad” pero que si no llegaba a intendenta no podía resolver “nada”.

“La política quedó para un determinado sector social”, entiende Pérsico, en tanto que “el Estado es el lugar donde se tiene que construir el bien común y donde tienen que estar representados todos los sectores”.
Vale mencionar a los personajes que están en la cima del Movimiento Evita, englobados en la Mesa Ejecutiva Nacional, con el propio Pérsico junto a Fernando Navarro, Jorge Taiana, Gerardo Rico, Raúl Lorenzo, Ernesto Paillalef, Luis Cáceres, Adela Segarra, Eduardo Ancona, Leonardo Grosso y Gildo Onorato.
En tanto, la Mesa Federal se compone por Carlos Luna, de La Rioja; Sebastián Demiryi y Edgardo Binstock por la Ciudad de Buenos Aires; Natalia Soria, de Catamarca;  José Luis Valenzuela y Quique Lovey por Chaco; Francisco Peralta, de Chubut; Ricardo Vissani, representándo a Córdoba;  Fabricio Bin, de Corrientes; Juan José Albornoz por Entre Ríos;  Sinforiano López, de Formosa; Manuel Mendoza, por Jujuy; Dora Parada de La Pampa; Santiago Rissone representándo a Mendoza; Gabriel Legarreta, Gustavo Di Marzio, Patricia Cubria, Federico Ugo, Javier Ruiz y Fabio González, por Buenos Aires; Rubén Zaremba, de Misiones; Marcelo Zúñiga, de Neuquén; Silvia Horne, por Río Negro; Lalo Sivila y Hugo Camacho, de Salta; Jorge Miranda, por San Juan; Daniel Sosa, de San Luis; Gustavo Dis, de Santa Cruz; José Luis Berra, por Santa Fe; Víctor Ditella, de Santiago del Estero; Roberto Trujillo de Tierra del Fuego; y, Stella Maris Córdoba y Gustavo Herrera, en representación de Tucumán.
 El Movimiento Evita, entonces, puede reconocerse como una facción piquetera kirchnersita, que tomó esa invitación a recuperar la política como herramienta de liberación, que insiste por la “distribución de la riqueza, base insustituible de la justicia social.”
Hay quienes comparan a esta organización con un símil de las brigadas chapistas, y las acusan de prepararse para disuadir a quienes pretendieran manifestarse contra Cristina Fernández de Kirchner, aunque Pérsico se desentiende y señala que es “muy difícil decir que un militante haga ninguna cosa de esas”, y en caso que lo hiciera, no sería “por convicción”.




Pérsico, al ser consultado por la diferencia entre la JP, La Cámpora y el Movimiento Evita, señala que La Cámpora nació “en el conflicto contra las corporaciones” y destaca que son “los que más han crecido” y que “tienen una oportunidad extraordinaria”.
Además, los considera como “un sector juvenil muy grande que se sumó al kirchnerismo”, al que califica “bueno” que “cualificó al movimiento popular”.
Pérsico recalca que los compañeros de la JP los “ven como una competencia en el territorio” porque están “parados en el mismo espacio, no por otra cosa”.
En tanto, encuentra la diferencia entre La Cámpora y el Movimiento Evita subraya que este último tiene “más años de historia y un desarrollo en todas las provincias y pueblitos.”
Por último, señala a esta fuerza partidaria emergente como poseedora de “un capital monstruoso”, junto a un “rigor revolucionario o de transformación”, “si se forman en el compromiso y el amor a los trabajadores y a humildes”, con lo que se transformarían en “grandes militantes” y “una fuerza importante”.
Incluso ve en La Cámpora la posibilidad de convertirse en una herramienta que ayude a “resolver los problemas”, pues “hay lugar para todos.”

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